Por Jesús Ramos
Para el Partido Verde los árboles no dan frutos, dan bastante dinero público, lo saben los Natale, esa dinastía política que descubrió hace años que el color verde no sólo sirve para hablar de ecología, también para llenarse los bolsillos de sumas millonarias.
Su líder político en Puebla, Jaime Natale, recibió más de 75 millones de pesos en prerrogativas entre los años 2024 y 2025, dinero público que jamás justificará, y cómo podría lograr en los dos meses venideros lo que no hizo en 24 meses anteriores, imposible siquiera que lo intente.
La compra de un vehículo Aveo usado y la adquisición de utilitarios por menos de 1.5 millones es todo lo que ha transparentado este sujeto. El resto suponemos en qué cuenta bancaria personal se encuentra. Monto escandaloso que no se tragó la tierra, pero que sí fue anexado a arcas familiares
Se trata de un modelo de negocios que los Natale perfeccionaron desde hace décadas. Esquema que convierte las prerrogativas en capital privado y la política en movimientos administrativos de sanciones mínimas de los organismos electorales.
Año tras año les imponen castigos por opacidad, burlones los Natale pagan las sanciones sin chistar, se carcajean de ellas, si las multas cuestan dos o tres millones y a cambio reciben 75 millones su negocio es esplendoroso.
Y así, los Natale siguen verdes, pero no de juventud ni de conciencia ambiental, sino de gruesos fajos de billetes. La democracia les importa lo que aun banquero un árbol. La ecología es una farsa para ellos y el partido el envoltorio con que empaquetan millones de pesos cada año.
Irónico, el Verde nació para salvar al planeta, pero en Puebla es de lo que menos se ocupan. Los informes financieros del partido son una broma. No tienen campañas reales ecológicas ni políticas, sólo son un par de primos que aprendieron que el partido es una franquicia comercial con utilidades millonarias. @analisistv
