Por Carlos Clemente
La delincuencia sigue propinando golpe tras golpe al autotransporte en los 162 kilómetros de autopista que atraviesan Puebla y conectan la Ciudad de México con el sureste del país. Una ruta vital para la economía, convertida hoy en el paraíso de los asaltantes.
Mientras tanto, los expertos en seguridad no logran concretar la instalación de 218 cámaras en 60 puntos estratégicos, el proyecto sigue en el limbo burocrático. Tampoco terminan de clausurar los 38 accesos clandestinos por donde entran y salen los grupos criminales como si fueran dueños de la carretera.
A dos meses del relevo del mando de la Guardia Nacional en Puebla, la impunidad sigue siendo la constante. No sólo en la México-Veracruz: también la Cuacnopalan-Oaxaca se convirtió en zona de alto riesgo para los transportistas.
La madrugada del lunes, dos hombres armados asaltaron un tráiler cargado con 40 toneladas de cemento Cruz Azul, a la altura de Palmar de Bravo. El video de la cabina muestra la frialdad del atraco y hasta la llamada telefónica de uno de los ladrones para coordinarse con alguien más. El operador fue liberado kilómetros adelante, ileso, pero despojado de la carga. Y no fue el único caso del día, hay registro de otros asaltos. ¿Resultados? Ninguno. Ni un detenido.
Está visto que a los delincuentes no los asusta la presencia de patrullas estacionadas a la orilla de la autopista, con torretas encendidas y agentes cabeceando dentro. Esa “estrategia de disuasión” es un mal chiste.
Este martes, los altos mandos de Seguridad anunciaron operativos en Acatzingo, Tehuacán, Tecamachalco y Tepeaca, focos rojos que ya todos conocemos. También adelantaron que van a intervenir en mercados como el Morelos –en la capital poblana-, donde reinan el narcomenudeo y el cobro de piso.
Planear no es malo. Lo malo es que la planeación se queda en anuncios de ocasión. Lo que urgen son resultados. Mientras tanto, “la maña”, ya va varios pasos adelante. Y eso, lamentablemente, ya no es novedad. @analisistv
