Por Carlos Clemente
Algo muy grave ocurre en Huejotzingo. Los grupos criminales actúan con total impunidad: se pasean armados por las calles, irrumpen en fiestas familiares, asesinan sin piedad y hasta se dan el lujo de emboscar a agentes ministeriales. Todo en un municipio que presume el título de “Pueblo Mágico”.
La madrugada del domingo fue escenario de una masacre en la comunidad de San Luis Coyotzingo. Hombres con armas largas llegaron a una fiesta familiar y abrieron fuego contra los asistentes. Cuatro personas murieron en el sitio: Nely y Ailí, de 25 años; Edwin de 27 y Juan Carlos de 39. Once más resultaron heridas. Cinco fueron trasladadas a un hospital, hasta donde los sicarios intentaron llegar para “terminar su trabajo”. No lo hicieron sólo porque encontraron un operativo policial.
Horas más tarde, cuando un comandante, dos agentes del Ministerio Público y un analista de la Fiscalía se dirigían a levantar evidencia en el lugar de los hechos, fueron emboscados y perseguidos por tres camionetas, todas con hombres fuertemente armados. Por fortuna, los ministeriales lograron escapar.
Los criminales conocen el territorio. Saben quién entra y quién sale. Se mueven con una seguridad que sólo da el control absoluto. Lo que no puede decirse de la autoridad municipal, encabezada por el alcalde Roberto Solís Valles, ausente y rebasado.
El ayuntamiento tardó más de doce horas en emitir un comunicado que, lejos de asumir responsabilidad, intentó deslindarse: aseguró que tanto las víctimas como los agresores “no son de Huejotzingo”. ¡Vaya cinismo! Los delincuentes pueden llegar de cualquier lugar, pero curiosamente se mueven como peces en el agua por todo el municipio.
Hoy, bajo el mando del actual alcalde, Huejotzingo vive secuestrado por el crimen. Operan al menos cuatro grupos fuertes —Los Guasones, Los Panelas, Los Chilangos y Los Pasteleros—, todos con poder creciente y con la tolerancia de un gobierno municipal que se hace como el tío Lolo.
Y mientras tanto, los muertos se acumulan. En la misma madrugada del domingo, un joven de 19 años fue privado de la vida a puñaladas en plena vía pública en la comunidad de San Miguel Tianguizolco. Otra víctima en un municipio que perdió la paz.
“Mis jefas y mis jefes”, ahí están los hechos.
Huejotzingo dejó de ser Pueblo Mágico. Es, hoy, territorio del crimen. @analisistv