Por Carlos Clemente
La reforma electoral que impulsa Morena no es tan simple como la pintan, se advierten desde ahora intenciones poco democráticas: robustecer un sistema mayoritario al recortar plurinominales, limitar la representación de minorías y mayor centralización del poder electoral al transformar al INE.
El primer foro de consulta en Puebla, con la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez y el gobernador Alejandro Armenta, dejó clara la intención oficial, escuchar y legitimar el debate.
En el Museo Internacional del Barroco se insistió en que aún no hay iniciativa redactada y que será la ciudadanía la que marque el rumbo. La “línea” es que no habrá borrador impuesto, sino una construcción “desde abajo”, según prometieron.
Del foro poblano emergieron propuestas como reducir plurinominales, considerar la violencia política de género como causal de nulidad, garantizar representación de migrantes y personas con discapacidad y revisar el financiamiento de partidos locales.
Abrir espacios a las expresiones ciudadanas es un acierto. Sin embargo, el truco del partido en el poder está en usar la austeridad como excusa para debilitar al árbitro electoral y el hecho de eliminar plurinominales podría “venderse” como un ahorro en beneficio del pueblo, pero en los hechos solo se favorece a la mayoría dominante.
Sin duda la reforma abre un camino con luces y sombras, puede ampliar derechos, pero también existe el riesgo de la concentración del poder.
Puebla fue la primera parada de este debate nacional. El desenlace dirá si de verdad desde Palacio Nacional buscan fortalecer la democracia o solo garantizar la hegemonía del movimiento de la Cuarta Transformación. @analisistv